Carla

Restaurante Baobab - Menú febrero 2020

A veces me doy cuenta que no tengo nada que ver con aquella niña de mi infancia, llena de vida y de risas, que corría como si le fuera la vida en ello y saltaba tapias en el pueblo materno, me recuerdo natural y pura.

Darme cuenta, me ha servido para saber que mi niña interior vive dentro de mí, y verme sensible, cariñosa, espontánea y viva.

No quiero perder su creatividad que es mía, ni ninguno de sus valores que también son míos.

Gracias a ella puedo reparar mi pasado, nutrir mi alma, reconectarme conmigo misma.

Quiero cuidarla, hacerme responsable de ella, sé que guarda toda las impresiones fuertes, las frases que se grabaron en mí, la exigencia que a veces me agobiaba, las necesidades no satisfechas. También el amor y la atención que recibí, los juegos y los baños en el río, los primos y las fiestas, los veranos con sabor a calas e higueras.

He cambiado de escenario y de personajes pero las emociones siguen ahí intactas y tienden a repetirse. Un comentario, una mirada puede llevarme a ese pasado.

Dándole apoyo, cariño, protección, amor, quitándole culpa, puedo sentir como la mujer adulta que soy ahora se nutre, se alimenta, se sana, y si la observo sola, arrinconada, me acerco a ella y la consuelo, me consuelo.

Cuidemos a nuestra niña o niño interior, es importante para mantener una buena autoestima.

Empecemos ahora, alimentándonos de manera ecológica y sana en nuestro Baobab.

Sean todos bienvenidos.

¡Qué aproveche!

¿Te gustaría compartir este texto?

Share on facebook
Share on twitter
Share on email
Share on whatsapp
Share on telegram