Parecía llegar el momento de viajar al centro de mis sentidos.
Un contexto complicado me había alejado de mí, sostener a otros era mi objetivo diario.
Sinsentidos que nos alejan de las máscaras con las que nos vestimos a diario, al menos algunos.
Nos posiciona como jarros de agua fría en la existencia que parece que se esfuma, pero que te lleva a sobrevivir.
Ahora veo un horizonte luminoso, con olas de escasa espuma porque mi mar no es bravo, pero circula, arrastra, limpia, descansa.
Mañana, no sé qué veré, pero hoy me siento sirena de aguas tranquilas.
Agradezco tu compañía y la raíces que me sostienen.
Sean todos bienvenidos. ¡Buen provecho!