El talento no es el ingrediente necesario para conseguir las cosas, aunque mentiría si les digo que no dudo que ayude.
Perseverancia y pasión, me encanta como suenan juntas estas palabras. De la primera ando sobrada, la segunda revisable.
Necesitamos contar con una potente determinación, ser resilientes y trabajadores y aderezarlo con la imprescindible salsa de saber exactamente lo que quieres.
No sólo con determinación, que nos ayuda a ser perseverantes, la que amalgama toda la receta es la pasión.
Cómo sería una receta si después de probar varias veces, siguiese sin salirnos rica, excelente. Les reconozco que es necesario seguir intentándolo después de algún que otro fracaso y tener la sed de querer mejorar.
Desde luego que mi experiencia me dice, que no desde la amargura, sino desde el interés y el disfrute del proceso. Parece que sólo importa la meta, pero eso son sólo introyectos que nos acompañan desde que nacemos, y liberarse cuesta tanto como a nuestros cocineros hacer boquerones en vinagre, sin boquerones y sin vinagre, y si los han probado me reconocerán que están riquísimos.
Tengo gente a mi alrededor que nadie pensaba que acabarían consiguiendo sus objetivos, porque no era su talento lo más determinante en su trayectoria, sin embargo tenían el fervor de conseguir lo que querían, determinación a la hora de superar obstáculos, y alcanzar sus sueños independientemente de la aprobación de los demás.
Y es que buscar la aprobación de los otros, empezando por la de nuestros padres, nos ha hecho mucho daño, nos ha dejado minusválidos e incluso a algunos amputados, es muy cansino.
Con ingredientes sanos y sabrosos, que todos tenemos, podemos conseguir aquello que deseemos, paciencia, excelencia, corazón, autodisciplina, perseverancia, pasión, resiliencia, valentía, ambición, ¿o es que acaso lo dudan?
Sean todos bienvenidos.
Qué aproveche.