No te olvides
de decir,
aunque sea muy bajito.
Ahora que todavía corre sangre
por tus venas;
te amo.
¡Te amo tanto!
Sumidos en el ruido del mundo
ya no recordamos el final de la película.
Cuando se apagan las luces.
Y se baja el telón.
No te olvides
de decir,
te amo.
Y no hablo de fuegos artificiales.
Ni pasión incandescente.
Ni hasta que la muerte
nos ampare.
Solo digo
no te olvides de intentar
a tu manera
ser libre
Y admitir que igual
no todo fue culpa tuya.
Y que no es pecado tener miedo.
Te amo tanto.
Despidiendo el invierno,
a su noche y a su frío.
Te amo tanto.
Como una plegaria pagana.
Una invocación a la fuente.
Profundo escalofrío.
Te amo tanto.
Sumidos de nuevo
en el ruido del mundo,
intentando
a nuestra manera ser libres.
¡Buen provecho!