Coger el viento, atrapar el agua,… sin tormentas, solo con el azul cielo, dejando en el intento el sabor a canela del recuerdo.
Atrás las horas más heladas, casi siempre grises o blancas, las que visitaba desde tu ventana.
Despuntar tímido el pistacho que gritabas en la infancia, para después fundirme en tus abrazos dulces, avainillados, y verdes.
Apaciguar los sentidos, transparentes y malvas, despertar a la más pura esencia.
Reposar tranquila quiero, saborear tus besos frescos y esta vez turquesas.
Seductora primavera.