Seitán, la carne de los vegetarianos

En nuestra cultura, la cocina era el lugar más importante de las casas, donde se construyen fuertes relaciones sociales y simbólicas. De pequeña me reunía con mi hermana y mis primas en la cocina cuando íbamos al pueblo. Hoy en día me gusta que mis dos hijas compartan conmigo momentos placenteros en nuestra cocina.

Mi hija pequeña adora cocinar, los sábados nos prepara crepes y magdalenas amasadas con ilusión, muchas risas y manos sucias. A veces también canturrea mientras enciende el horno o cuando acaba y friega los utensilios.

La cocina es una gran escuela donde se trasmiten valores y tradiciones, voluntad, paciencia, colaboración, confianza, responsabilidad, también un espacio para relajarse y divertirse, comunicarse desde otra perspectiva, potenciar la creatividad y construir cosas bellas.

Introducir nuevos alimentos en nuestras dietas es enriquecedor. Mi amiga Jone de Gillue, siempre me hablaba del seitán. Ella plantó en mí la semilla de la curiosidad y aprovechando los malabaristas, como ellos mismos se definen, de los que me rodeo en la cocina del Baobab, comencé a introducirlo en mi dieta.

El seitán es la proteína vegetal del gluten del trigo, muchos lo definen como la carne de los vegetarianos, pero además de todo esto, el seitán no contiene grasas saturadas y es apto para diabéticos. Esto fue un motivo más para invitar a mi familia a probarlo. Mi padre es diabético y todo aquello que varíe su dieta y le beneficie bienvenido sea. Además, como no tiene grasas saturadas, ni colesterol, colabora a reducir el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. También es rico en vitamina B2 y en hierro.

Los niños son fans del seitán, sobre todo guisado o rallado, otro modo de cocinar la pasta a la boloñesa.

Hace 600 años que los chinos en sus fábricas de tallarines, lo llamaba “mien chien”, o lo que es lo mismo, músculo de la harina, porque realmente quien haya visto el seitán reconocerá en su forma algún músculo del cuerpo humano. Para unos se parece a un pulmón, otros dicen que parece más un corazón. Si se hace artesanalmente parece aquello que las manos del cocinero diseñen.

El que el seitán provenga del trigo le otorga un valor añadido. No sé si peco de romántica al recordar el sustento nutricional que ha sido el trigo a lo largo de la historia, alimento base de las civilizaciones del lejano Oriente, al que se le atribuían propiedades casi mágicas. Podemos decir que el trigo tiene un gran valor nutricional y también antropológico.

Me encanta saber que muchos alimentos son la medicina que nos ayuda a prevenir enfermedades y a tener mayor y mejor calidad de vida. Creemos que hay que hacer hincapié en la prevención a través de hábitos sanos. Estamos empezando a poner la nutrición en el lugar que se merece.

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